El pequeño Melenas
Dormido solo tengo licencia para mirarlo.
El color encendido de su cara lo ilumina.
Su piel de vainilla me contagia silenciosa.
Su melena descansa harta de sus batallas.
Sus manitas sueñan junto a su ombligo.
Cerquita estamos de su loco despertar.
Sus ojos abrirán la caja de los truenos,
trompetas y tambores están anhelando
su firme compañía de contrabando
Mientras exista ausencia de todo ruido
Haré de él una oportunidad de amarlo.
Está tranquilo, viviendo seguro soñando.
Cuando el silencio se oiga temblarán,
se irán volando los escurridizos sueños
hasta que llegue un nuevo atardecer.
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