EL PUENTE


Ella me grita que vuelva, que no la deje sola. Me gustaría ayudarla. Veo a gaviotas que me recuerdan a buitres. Estoy helado. Quiero decirle a mamá que todo va bien, que se tranquilice, pero no tengo fuerzas para hablar. Escucho desde muy lejos su voz y las olas del mar. Algo me dice que la abandone en este preciso momento. Los rayos de sol lo inundan todo de blanco. Tengo que irme. Veo un puente de madera que cruza ese blanco. Tres banderas celestes ondean al final.  Quiero cruzar. A pesar de lo desconocido estoy tranquilo. Antes de dar un paso siento la necesidad de volver a escuchar a mamá. Está muy cerca. Encima de mí. Me golpea el pecho, la huelo, después me vuelve a golpear. Una voz extraña y nerviosa dice el nombre de la playa. Decido cruzar el puente. No puedo dejar de mirar al fondo. La textura de las banderas me transmite paz. Doy el primer paso pero el miedo me hace retroceder. Mi madre me necesita. Ahora la escucho llorar. Tengo  la boca llena de agua y la cara en la arena.  Respiro. Ya no veo el puente, pero sí destellos de luces que me rodean. Alguien le dice a mi madre que lo ha hecho muy bien,  que ha sido muy valiente y que estoy a salvo.

Comentarios

Entradas populares