SOLEDAD
Tu huida me dejó el corazón seco.
Huérfano en su estrenada oquedad,
mustio como mi cama con tu hueco.
Empedrado el camino en soledad,
se presentan en adelante en mi vida,
anulados los sentidos de humedad.
El todo de entonces ahora es nada.
Venderé mi alma al que la quiera,
todo lo que queda de mi me sobra.
También me fui el día de tu marcha.
Me he abandonado a mí mismo,
como si tu destino fuera mi dicha,
hoja que vuela lejos ya de su olmo.
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