ORIGEN
La tortuga abandonó el tío vivo
en busca de algún tesoro
en algún rincón de algún reino,
pero por más que buscó
solo lo superficial encontró.
En el corazón de cada uno
que conoció a su paso
nadie supo enseñarle algo
que la engrandeciera un poco.
Cuanto más lejos estuvo
más lejos estaba su Yo,
aquel que conocía lo propio,
y fue feliz en un viejo trasto
haciendo reír al pequeño
y también al anciano.
Acabó su espíritu aventurero
al recordar la verdad en su seno
en su rincón perdido,
dando vueltas en su cacharro.
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